De día código, de noche cócteles
Soy estudiante de desarrollo web y bar manager, y no, no es tan raro como suena. Mi entrada al mundo del desarrollo comenzó cuando me di cuenta de que tenía una aplicación en mente que nadie más iba a crear. Sí, esa aplicación que aún está en desarrollo y me mantiene despierta algunas noches (junto con el café, por supuesto). Lo que empezó como un proyecto personal se convirtió en una pasión que me llevó a estudiar desarrollo web y cambiar por completo mi vision de las tecnologías web.
¿Qué tienen en común crear el cóctel perfecto y desarrollar una aplicación web? Más de lo que imaginas. En ambos casos, se trata de combinar ingredientes (o tecnologías) en las proporciones exactas, experimentar hasta encontrar el equilibrio perfecto, y crear algo que genere una experiencia memorable.
Mi corazón late más fuerte por el frontend ahí es donde realmente puedo ver cómo una página en blanco se transforma en algo vivo y funcional. Cada línea de código es como un ingrediente que agrega sabor, cada funcionalidad es un paso más hacia darle vida a esa idea inicial. Aunque también me aventuro en el backend (con menos gracia, lo admito), mi verdadera pasión está en dar forma visual a las ideas y crear interfaces que no solo se vean bien, sino que se sientan bien.
Lo que me mueve cada día es esa sensación de logro cuando una funcionalidad finalmente funciona como debe, cuando un diseño cobra vida, cuando una idea abstracta se convierte en una experiencia tangible que otros pueden usar y disfrutar. Es como servir el cóctel perfecto después de horas de práctica, esa satisfacción de saber que has creado algo especial. Así que aquí estoy, combinando mi experiencia en crear experiencias memorables, mi ojo para el detalle que desarrollé tras la barra, y mi pasión por convertir ideas en realidad a través del código. Porque al final del día, tanto si estoy preparando un Old Fashioned como desarrollando una aplicación, se trata de crear algo que conecte con las personas.
